CENTRO VETERINARIO LOBETE

Seniors - 3. Problemas en la vejez

 

3.1 Obesidad

El hecho de que el perro anciano no consuma una gran cantidad de energía puede provocarle obesidad si no se le administra una dieta adecuada.

Ya que el problema de la obesidad es muy frecuente en los perros ancianos, deberemos tomar medidas para evitarla porque es peligrosa no únicamente por los problemas que por si sola puede provocar sino porque un perro obeso es más vulnerable frente a otras enfermedades que pueden agravarse por culpa del exceso de peso. Además, la obesidad provoca problemas en los huesos, en el corazón, en el sistema respiratorio, y reduce la agilidad y la movilidad.

Puede ser que la obesidad no se detecte rápidamente ya que aparece paulatinamente y esto dificulta que nos demos cuenta en seguida.

Deberemos controlar el peso de nuestro perro para ver si es estable o si, por el contrario, aumenta demasiado; también podemos comparar su aspecto con fotografías anteriores ya que podremos apreciar el contraste con más facilidad; otro síntoma que nos ayudará a detectarla es el comportamiento del perro, si está más cansado, si quiere dormir más, o si está poco ágil.

La obesidad, además de poder prevenirse, puede curarse así es que en cuanto la detectemos le pondremos en tratamiento según los consejos del veterinario que, seguramente, incluirán una dieta que se ajuste a su desgaste y ejercicio adecuado.
 

3.2 Problemas auditivos

Si nuestro perro no responde cuando le llamamos por su nombre o ladra de manera desconcertada puede ser que tenga problemas de tipo auditivo.

Son bastante frecuentes en la vejez. La pérdida de la audición puede ser parcial e incluso intermitente y puede ser debida a una mala higiene (se acumula el cerumen) o a algún tipo de infección que deberá tratarse con antibióticos, siempre bajo supervisión médica.

El oído es una parte muy delicada que debe cuidarse de manera correcta. Mantendremos la higiene y la salud de los oídos según nos indique el veterinario y no le aplicaremos ningún producto que no nos haya recomendado éste.
 

3.3 Problemas de visión

El deterioro de los ojos y de la visión es un problema muy frecuente en los perros ancianos que incluso pueden llegar a perder la vista por completo; normalmente, la causa es el deterioro de la retina y puede ser debido a una infección.

Con la edad se pierde lubricación en los ojos y pueden aparecer más legañas y otros problemas que deberemos prevenir con una buena higiene y un buen cuidado de los ojos.

En cuanto a la pérdida de visión, deberemos observar atentamente su comportamiento ya que ellos de por si ya no ven como nosotros y ante la progresiva pérdida de ésta, cuando todavía no es total, pueden llegar a compensarla con los otros sentidos, como el oído, que tienen más
agudizados. Estaremos atentos al mínimo detalle que nos pueda indicar que ha perdido vista, ya que si es así, además, puede correr algún peligro.

Si observamos que un velo blanco va cubriendo sus ojos seguramente son cataratas; pueden provocarle ceguera total, así que le llevaremos al veterinario para que haga su diagnóstico. No debemos preocuparnos si aparece una capa azulada en sus ojos, ya que es normal.
 

3.4 Problemas dentales

El cuidado de la boca y de los dientes es especialmente importante en esta etapa de la vida. Los problemas de este tipo son muy frecuentes y pueden llegar a provocar otro tipo de problemas que podremos evitar con una higiene regular de la boca, los dientes y las encías.

Si la mayoría de los perros necesitan tratamientos bucales ya a los 3 años de edad más aún los necesitarán cuando sean ancianos. La formación de placa y sarro es tan frecuente como peligrosa; puede que el perro coma comida más blanda y ésta facilita la formación de sarro.

Deberemos compensar esto haciendo que mordisquee (pero no huesoso ni cosas dulces) y con una constante limpieza y control para evitar que se le acumulen bacterias.

Detectaremos los problemas en la boca, además de con el control visual, si el perro no quiere comer o le cae la comida de la boca; si tiene halitosis (mal olor de boca); si saliva demasiado; si tiene las encías sensibles; si se le mueve o cae alguna pieza.
 

3.5 Problemas digestivos

Es probable que nuestro perro anciano padezca cierta incontinencia respecto a la orina; puede que orine demasiadas veces y sin control, y que tenga mucha sed; puede que padezca vómitos o diarreas; puede que tarde mucho en acabar su comida, que pierda el apetito o que rechace parte de la comida. Todos estos síntomas pueden ser debidos a problemas del aparato digestivo; si observamos alguno de estos síntomas le llevaremos al veterinario para que le haga una exploración.

En cuanto a la incontinencia debemos entender que es un problema muy frecuente y que nos tendremos que adaptar a él. Si es necesario le trasladaremos la cama a la cocina, fuera de la casa, o a algún otro lugar dónde no moleste demasiado si se le escapa la orina o alguna defecación.

Para compensar el traslado procuraremos que el nuevo espacio sea muy confortable.
 

3.6 Problemas musculares

Es un problema de desgaste; con los años, los músculos no están tan fuertes ni ágiles y empiezan a fallar. Debemos proporcionar a nuestro perro un ejercicio adecuado a su edad para retardar los efectos de deterioro de los músculos.
 

3.7 Problemas en los huesos

Al igual que los músculos, los huesos sufren un desgaste importante con los años, ya sea por artritis o por alguna lesión anterior, que es natural e inevitable pero que podemos retardar también con ejercicios apropiados y una alimentación adecuada, ya que la obesidad es contraproducente también para los huesos.

Estos problemas pueden provocarle cojera en las patas, los hombros o la cadera; el diagnóstico lo tendrá que verifi car el veterinario, así como el tratamiento más adecuado, ya sea con medicación permanente o a través de alguna intervención.
 

3.8 Problemas cardíacos

Prestaremos atención a nuestro perro si se cansa excesivamente sin una razón aparente o si le cuesta respirar; puede que sufra alguna lesión coronaria así que le llevaremos al veterinario rápidamente. La obesidad también provoca problemas de este tipo.
 

3.9 Problemas de peso

Debemos controlar que no tenga sobrepeso, así que si engorda, aunque es normal debido a la poca actividad que pueden realizar, le vigilaremos, recordando que su cuerpo tiene que ser ligeramente más estrecho por detrás de las costillas y debemos notarlas con el tacto. En cuanto a la obesidad ver apartado “Obesidad”.

Si, por el contrario, pierde peso precipitadamente, deberemos consultar con el veterinario ya que puede ser por causa de alguna enfermedad.
 

3.10 Problemas en la piel

Es evidente que la piel del perro sufrirá deterioro al convertirse en un perro anciano; la piel y el pelo del perro joven tienen un aspecto saludable, un grado de grasa adecuado, brillo y suavidad. Estas cualidades se irán perdiendo cuando llegue a ser un perro anciano, así que deberemos intentar compensarlas con productos especiales (cremas, aceites, lavado y peinado adecuados) y con soportes vitamínicos adecuados, especialmente recomendados para los problemas de piel ya que dan buenos resultados.

A parte de preocuparnos del aspecto de la piel, comprobaremos regularmente si tiene bultos ya que pueden ser tumores o quistes. Si notamos la piel más espesa o áspera es normal, sobretodo en la zona de las orejas, pero ante cualquier anomalía que no sepamos identifi car acudiremos al veterinario.
 

3.11 Cambios en el pelo

La pérdida de volumen en el pelaje y otros cambios en el pelo como que se vuelva gris en las zonas alrededor del hocico o de las orejas, o que se aclare el del bigote son síntomas normales del envejecimiento, así que no deberemos preocuparnos por ello.

CONSEJO PRÁCTICO: Los cambios y problemas que surgirán con la edad no se darán solamente a nivel físico, sino que también a nivel emocional, de carácter y de comportamiento, así que también los tendremos en cuenta para entender a nuestro perro.
 

3.12 Cambios de actitud y comportamiento

Es normal que el perro sufra un cambio de carácter al convertirse en un perro anciano, debido a los cambios y deterioros que esto supone, y a que el cerebro también sufre discapacidad y pérdida de algunas neuronas funcionales, pérdida que resulta irreversible.

La disminución de la energía y el aumento del sueño son normales; no querrá hacer tanto ejercicio y dormirá mucho más, aunque su sueño será más superficial, ya que van perdiendo la costumbre de estar siempre alerta. Por otro lado, tolerará menos que le molestemos, sobretodo si duerme y lo despertamos; se alterará y estará más irritable porque estará afectado por la pérdida de sus habilidades.

Puede que por la pérdida de visión y de oído se sientan más desorientados y se asusten al despertarse de golpe y no se lo tomen demasiado bien. Si tiene niños o perros pequeños alrededor, estos deberán respetarle y no molestarle demasiado ya que él no tendrá humor para soportarlos.

Deberemos entender los cambios de carácter de nuestro perro y adaptarnos a ellos para tener una buena convivencia, ya que ellos son los primeros que deberán adaptarse a su nueva situación y sus nuevos hábitos. Tenemos que tomar conciencia de que necesitarán más atención, sensibilidad y solidaridad para adoptar con paciencia y cariño la nueva situación.

 

 

 

 

Fuente: Affinity Pet Care