CENTRO VETERINARIO LOBETE

Seniors - 4. La despedida

 

4.1 Asimilar la vejez de nuestro perro

Nuestro perro anciano puede ser muy feliz si le proporcionamos los cuidados que necesita, los tratamientos adecuados en caso necesario, y el cariño que se merece, pero tenemos que tener en cuenta y asimilar que está en la última etapa de la vida y que pronto nos dejará.

Esto no quiere decir que tengamos que estar constantemente tristes y preocupados pensando en que va a morir, en absoluto, ya que le transmitiríamos nuestra angustia y no podría ser feliz, pero sí que debemos tenerlo en cuenta para que cuando llegue el momento no suframos un golpe demasiado duro e inesperado.
 

4.2 La decisión de practicar la eutanasia

Según un estudio realizado en Inglaterra, el 50 por ciento de los perros mueren entre los 10 y los 15 años y solamente el 20 por ciento con más de 15. La esperanza de vida de los perros ha aumentado gracias a una más saludable y completa nutrición y a los regulares cuidados veterinarios a los que los sometemos; no obstante, un 75 por ciento de los perros tienen que ser sacrificados.

Seguramente la mayoría de los propietarios de perros estarían de acuerdo en elegir que su perro muriera en su cama, tranquilo, o de repente, mientras realiza su actividad preferida, pero por desgracia esto no acostumbra a pasar.

La decisión de practicar la eutanasia a un pero anciano puede llegar por varias razones: puede que el perro sufra un enfermedad incurable que le provoque sufrimiento; puede que tenga graves problemas de conducta; puede que sea demasiado anciano; puede que tengamos que hacerlo porque debemos, por ejemplo, trasladarnos a vivir a otro sitio y nuestro perro anciano no sea capaz de soportar el cambio, etc. Evidentemente, tomar esta decisión no será nunca fácil ya que probablemente nos afectará profundamente. En estos momentos la opinión del veterinario será muy importante ya que nos ayudará a entender los motivos por los cuales debemos decidir practicarla.

Es posible que nos sintamos culpables por tomar tal decisión, pero el veterinario nos hará ver que puede que sea lo mejor que podemos hacer por nuestro perro anciano pese a que nos duela o nos parezca cruel. Deberemos informarnos bien para poder tomar una decisión de la que estemos totalmente convencidos.

Tendremos en cuenta que si se practica es para que el perro, en cualquiera de los casos que se den, no sufra inútilmente, por lo tanto no se trata de un acto cruel sino al contrario de un acto solidario y de cariño. Nuestro perro no tiene el conocimiento para saber lo que se le va a hacer así que no sufrirá por esto; sí sufrirá si nosotros estamos demasiado tristes y afectados ya que le transmitiremos este sufrimiento, por tanto si queremos que no entristezca intentaremos no mostrarnos demasiado afligidos o angustiados delante de él.
 

4.3 Cuando practicarla

En cuanto al momento más adecuado para practicarla, será el veterinario quien nos orientará en cada caso ya que podemos encontrarnos en situaciones distintas.

La eutanasia se practica bajo los efectos de una anestesia o sedante, al igual que cuando se le realizan determinadas pruebas; puede darse el caso que el veterinario detecte un tumor, por ejemplo, mientras hace una prueba para la que precisado anestesia y que en ese preciso momento, teniendo la certeza que es algo incurable y que no se va poder hacer nada, nos proponga practicarla aprovechando que el perro está anestesiado, para que no vuelva a sufrir.

En cualquier caso nosotros somos quien debemos tomar la decisión de cuando practicarla, así que podríamos preferir no hacerlo en ese momento porque queremos que se despierte para poder despedirnos o pasar las últimas horas con él, etc. Aún así, lo que tenemos que respetar de manera prioritaria es su sufrimiento; si el veterinario recomienda no volver a dejar que despierte, aunque nos duela, quizás deberemos hacerlo.
 

4.4 Dónde practicarla

Normalmente la eutanasia se practica en los consultorios veterinarios, pero si decidimos que se le practique en casa puede que el veterinario nos preste este servicio. Debemos tener en cuenta que puede que no estemos preparados para ver alguna reacción en los músculos del animal, una vez su corazón ha dejado de latir, que no será una señal que indique vida o consciencia ya que es totalmente mecánica, pero que puede que nos sorprenda o nos afecte. Para estar presentes deberemos haber hablado previamente con el veterinario para estar preparados y no asustarnos ante lo que podamos ver.
 

4.5 Después de la eutanasia

Después de la eutanasia normalmente se practica la incineración, que puede ser colectiva o individual, según quiera el propietario, por razones personales; también cabe considerar las diferencias económicas entre una y la otra aunque pueda parecer una frivolidad, ya que no todo el mundo puede permitirse gastos aunque quiera lo mejor para su mascota. Lo importante es el cariño y la amistad que hemos tenido con él durante toda su vida.

 

 

 

 

Fuente: Affinity Pet Care