CENTRO VETERINARIO LOBETE

Adultos - 9. Gestación y trabajo

 

9.1 La perra embarazada

Está claro que el embarazo, aunque sea un estado y un proceso muy natural, requiere unas condiciones y unas atenciones específi cas tanto para proteger la salud de la madre y garantizar el buen desarrollo del embarazo, como para procurar que los perros que van a nacer tengan garantías de salud, y un buen alimento durante la lactancia.
 

Consideraciones previas

En primer lugar, y desde nuestro punto de vista como propietarios, en este caso, de la perra debemos estar seguros de que queremos que nuestra perra críe, y, es más, que cuando lo haga podamos garantizar a los perros un hogar adecuado.

Cuando hayamos decidido que sí, será mejor que pongamos a nuestra perra en manos de profesionales ya que durante este periodo los cuidados, así como la nutrición, etc. deberán ser especialmente adecuados para poder cubrir las necesidades que su estado requiere. Cómo mínimo deberemos informarnos bien de todo lo que comporta que nuestra perra críe ya sea a través de nuestro veterinario como a través de libros, etc.

No cualquier momento es el adecuado, ni la perra está siempre preparada para ser madre. Lo primero que consideraremos es la edad de la perra; ésta debe tener más de un año y haber pasado por lo menos un celo.

Por otro lado, debe de tener unas condiciones físicas favorables en cuanto al peso y a la forma física, ya que una perra con sobrepeso, por ejemplo, podría tener más problemas. También la buena forma y el buen estado de salud y aspecto hace referencia al padre; por supuesto que no dejaremos que un perro que no nos haga el peso en este aspecto deje embarazada a nuestra perra. Insistimos en la intervención de profesionales que nos asegurarán lo que nosotros podemos dudar.

Otro factor importante a tener en cuenta es la compatibilidad de los padres, y para asegurarnos que la poseen consultaremos al criador o al veterinario para evitar riesgos.
 

El periodo de gestación

En cuanto la hembra esté embarazada y hasta el fi nal de la gestación es cuando deberemos atender a las necesidades especiales de nutrición y ejercicio adecuados, para que tenga un embarazo correcto y esté bien preparada para el parto.

El periodo de gestación es de unas nueve semanas. Durante las seis primeras no variaremos la cantidad de comida aunque sí el tipo: cambiaremos la comida habitual de perro adulto por la que sirve para todos las etapas de la vida para que le proporcione las calorías y proteínas necesarias.

Aunque ya hemos dicho que no necesariamente aumentaremos la cantidad, a no ser que la perra tenga problemas de sobrepeso le daremos la cantidad que pida. No es normal que coma menos así que si parece que es así o notamos que adelgaza, humedeceremos la comida o le daremos otra que sea más densa. Si la pérdida de peso o la falta de apetito se saliera de la normalidad avisaremos al veterinario.
 

Las últimas semanas

Nuestra perra empezará a engordar a partir de la sexta o séptima semana; es entonces cuando aumentaremos su cantidad de comida en una cuarta parte, procuraremos que siempre tenga bastante agua fresca para beber y le haremos hacer ejercicio regularmente, pero sin que sea estresante ni excesivo para su estado.
 

Preparar el parto

Alrededor de las nueve semanas ya estará cerca el momento del parto. Cuando notemos una pérdida notoria de las ganas de comer será el indicador de que el parto sucederá en uno o dos días. Prepararemos el lugar donde dará a luz, que debe ser en una zona tranquila, con una caja grande que cubriremos con mantas o toallas, incluso con paja, y nos aseguraremos que esté limpia.
 

El parto

Es muy importante que nos asesoremos e informemos a fondo de cómo se va a producir el parto y de lo que es normal que suceda para poder detectar si hay algún problema y así poder avisar a un profesional. Por ejemplo, es normal que haya pequeñas pérdidas de sangre pero no lo es que sufra una hemorragia fuerte. Deberemos saber si nuestra perra corre peligro o, contrariamente, si el parto avanza con naturalidad. Cuanta más información tengamos mejor la atenderemos a la vez que nosotros estaremos más tranquilos.
 

La lactancia

Si nuestra perra ha dado a luz con éxito, tendrá ahora unos cuantos perros de los que hacerse cargo tanto a nivel de cuidados y ternura como de alimentación. Los perros se alimentarán a través de la leche que les proporcionará su madre durante el periodo de lactancia y ella deberá estar preparada para esta tarea que le exigirá todos sus esfuerzos.
 

La alimentación de la madre durante la lactancia

Durante el mes que dura la lactancia, aproximadamente, deberemos ir aumentando la cantidad de alimento a la madre ya que los perros crecen y maman más. A los treinta días del parto deberá estar ingiriendo entre dos y cuatro veces más de comida que antes del embarazo. Su alimento es importante así que la animaremos a que coma lo que debe y la ayudaremos, si es necesario, humedeciéndole la comida; no le deberá faltar el agua fresca.

CONSEJO PRÁCTICO: durante los primeros días de vida vigilaremos tanto a la madre como a los cachorros constantemente; los cachorros son muy vulnerables cuando son tan pequeños, así que controlaremos que su peso vaya aumentando, que la madre les proporcione calor, y que la camada se mantenga unida.
 

El cambio de dieta de la madre al finalizar la lactancia

Pasado el primer mes llegará la hora de que los perros empiecen a dar el paso hacia la comida sólida; es muy probable que empiecen lamiendo el plato de la madre. Dos semanas después o tres, cuando los perros ya se hayan ido acostumbrando a la comida sólida, interrumpiremos la lactancia.

El día que lo hagamos no daremos de comer a la perra, solamente dejaremos que beba agua. Al día siguiente dejaremos que coma una cuarta parte de su dieta de antes de la gestación; al otro la mitad; al otro, tres cuartas partes y, fi nalmente, al siguiente ya podrá comer el total de su dieta. Si observamos que ha perdido mucho peso durante el embarazo o que ha quedado débil aumentaremos la cantidad hasta que nos aseguremos que se ha recuperado del todo.

CONSEJO PRÁCTICO: puede que la madre no tenga suficiente leche para todos los cachorros que ha dado a luz, o que los rechace, etc. En este caso deberemos alimentar a los pequeños con un preparado lácteo especial que nos recomendará el veterinario.
 

9.2 El perro de trabajo

En primer lugar deberemos saber si nuestro perro necesita, por las tareas o ejercicios que realiza, una nutrición especial para cubrir sus necesidades. Si el único ejercicio que hace nuestro perro es durante el fi n de semana y realmente no sale de lo común, bastará con una alimentación normal que incluya un ligero aumento los días que haga más ejercicio.

Ahora bien, ¿qué perros sí necesitan realmente una nutrición específica y una dieta especial?

Se consideran perros de trabajo los cazadores, los que tiran de los trineos, los que corren en carreras o los que pastorean y controlan a las ovejas. Es evidente que dedican mucho más tiempo y esfuerzo a las actividades que desempeñan que la mayoría de perros de ciudad, por ejemplo, que normalmente salen menos y su ejercicio se limita prácticamente a los ratos de juego.

Estos perros que corren constantemente, hacen fuerza, cruzan ríos por las montañas, etc., necesitan una alimentación densa a nivel nutricional que contenga una cuarta parte de proteínas y que sea alta en calorías. Es muy probable que necesiten comer dos veces al día y que necesiten pequeñas dosis mientras trabajan; siempre llevaremos encima algo de comer para darle en momentos esporádicos.

CONSEJO PRÁCTICO: si creemos que nuestro perro trabajador necesita un soporte calórico o de azúcar deberemos consultar con el veterinario. Algunas personas lo compensan dándoles caramelos pero puede ser peligroso si llevan, por ejemplo, chocolate, ya que en determinadas cantidades es tóxico.

Las condiciones climatológicas también pueden afectar a la cantidad de comida; por ejemplo, si hace mucho frío el perro necesitará más alimento para mantenerse caliente. Seguiremos la norma de aumentar en un siete por ciento la cantidad de comida por cada doce grados menos de temperatura.

CONSEJO PRÁCTICO: cuando un perro practica mucho ejercicio y hace muchos esfuerzos no deberemos darlede comer ni inmediatamente antes ni inmediatamente después de realizarlos ya que podría sentarle mal. Deberemos proporcionarle mucha agua fresca pero nunca fría.
 

La alimentación en las temporadas de descanso

La duda respecto a la alimentación de este tipo de perros aparece durante las épocas en las que no trabajan; no necesitan la alimentación especial que reciben cuando deben trabajar dado que no tienen que realizar los mismos esfuerzos y, por tanto, no consumirán tantas energías.

¿Qué haremos, entonces? Una de las opciones es reducir la cantidad de la comida rica en proteínas; de esta manera podrá seguir la misma dieta y nos evitaremos los percances que pueden aparecer cuando la cambiamos, pero tiene el inconveniente que al reducir la cantidad es probable que el perro se queje de hambre.

La otra opción posible, con la que el perro no pasará hambre, es no disminuyendo la cantidad sino la densidad del alimento; lo malo es que puede que el perro se decante más por un tipo de comida que por otra y se queje con la que menos le guste.

Tanto si elegimos una opción como la otra, lo que debemos considerar es que los cambios en la alimentación del perro tienen que ser siempre progresivos, es decir que no los aplicaremos de un día para otro sino en unas dos semanas aproximadamente.

 

 

 

 

Fuente: Affinity Pet Care.