CENTRO VETERINARIO LOBETE

Cachorros - 6. Su salud

 

6.1 La visita de rutina al veterinario

Cuando llevemos al cachorro al veterinario le informaremos de la manera más amplia posible de todo lo que creamos que debemos comentarle de manera que el veterinario tenga la máxima información.

En las visitas, le pondrán las vacunas correspondientes, le auscultarán el corazón y el pecho, palparán su abdomen y observaran el pelo, la boca, los ojos, las orejas, y su aspecto general. También le harán un examen de heces para comprobar si hay parásitos internos, y un chequeo dental completo.
 

6.2 Nuestro control

El hábito de higiene regular nos permitirá observar cualquier irregularidad así que prestaremos atención cuando le lavemos los ojos, las orejas y la boca, como indicamos en el apartado de higiene, para comprobar que tengan aspecto sano. Además, deberemos fi jarnos en:

La nariz: debe mantenerse húmeda y libre de mucosidades.

El cuerpo y el pelaje: debemos controlar si surge alguna anomalía pasándole la mano a lo largo del cuerpo y prestando atención a cualquier bulto o a un tacto extraño; observaremos el nacimiento del cabello para detectar posibles parásitos.

Las extremidades: las patas de nuestro cachorro deben tener un aspecto normal, sin inflamaciones u otras rarezas. Vigilaremos también la zona interdigital ya que es propensa a acumular hongos o parásitos.

El ano: debemos estar pendientes de su aspecto por si aparece alguna anomalía y de si el cachorro intenta rascarse ya que podría tratarse de parásitos.

A parte de los efectos visibles, si el cachorro está enfermo lo notaremos con cambios de conducta o algún otro síntoma. Veamos cuales pueden ser:
 

  • Que tenga fiebre
  • Que pase más de un día sin querer comer
  • Que vaya de diarrea, constipado, difi cultad o sangrado al orinar o defecar
  • Que vomite
  • Que se queje de dolor fuerte, o leve pero continuado
  • Que jadee excesivamente o le cueste respirar (la lengua adopta un color azulado)
  • Que tosa o estornude en exceso
  • Que sacuda la cabeza (puede ser debido a alguna anomalía en las orejas)
  • Que repentinamente y sin una posible razón empiece a cojear
  • No para de rascarse o morderse
  • Se comporta de manera agresiva
  • Se esconde y está asustado
  • Presenta mal olor de boca

Esto es una lista en la que puede que no se contemple absolutamente todo, así que nos curaremos en salud consultando con el veterinario cuando detectemos alguna anomalía o sospechemos de cualquier cosa extraña.
 

6.3 Parásitos

Por desgracia los parásitos son una tortura muy frecuente en los animales. Puede que los empiecen a sufrir de bien pequeños o incluso antes de nacer así que desde el principio será un aspecto que deberemos de controlar. Como en todo, la prevención es el mejor tratamiento, pero si no llegamos a tiempo tendremos que combatirlos y eliminarlos, por su bien y por el nuestro ya que hay parásitos que pueden afectarnos también a nosotros.
 

Tipos de parásitos:

Los internos: se localizan en el aparato digestivo y para detectarlos se tendrán que analizar las heces. Pueden empezarse a combatir a una temprana edad e irse repitiendo la desparasitación según indique el veterinario

Ancilostoma: se transmite durante la gestación y la lactancia, y es el más peligroso de los de tipo intestinal. Los síntomas que produce son letargia, anemia, falta de apetito, y heces negras o con sangre.

Gusanos planos: se reproducen por la ingestión de una pulga o a través de los roedores. Se alimentan de lo que come el cachorro de manera que impide que incremente su peso.

Gusanos redondos: se detecta si el abdomen está abombado y en las heces. Puede provocar un crecimiento anormal, vómitos, diarreas, deshidratación o neumonía, aunque no siempre aparecen síntomas.

Triquina: provoca inflamación crónica del intestino, que es donde se instala, heces con mucosidades, pérdida de peso y diarrea.

Coccidios: se pueden prevenir no dando de comer al cachorro carne cruda o poco hecha. Si los tiene en sus intestinos sufrirá diarrea, fiebre y pérdida de apetito y de peso, aunque al igual que con otros puede que no se presenten síntomas.

Gusano del corazón: es un parásito peligroso, difícil de erradicar pero fácil de prevenir, cosa que vale bastante la pena hacer; se transmite a través de la picada de un mosquito y habita principalmente en el corazón.


Los externos: se encuentran observando la piel del cachorro.

Pulgas: pueden contraerlas del ambiente o de la madre. Sabremos si las tiene si se rasca y muerde frecuentemente, u, ocasionalmente, si tiene manchas rojas en la piel o puntos negros en el pelo de la zona del cuello o lomo. Provocan dermatitis alérgicas, que aparecen como lesiones costrosas. Ya que las pulgas pasan la mitad de su vida en el cuerpo del cachorro, la manera de prevenirlas es tratando al cachorro y al ambiente. Se pueden combatir de varias maneras: esprays, polvos, pipetas, etc. siempre que sean aptos para el cachorro.

Pediremos consejo al veterinario ya que la mezcla de productos puede ser peligrosa. Lavaremos la cama del cachorro con agua caliente y, si el veterinario lo indica, la rociaremos con insecticida. Limpiaremos las alfombras a fondo, pasaremos el aspirador y desecharemos las bolsas de éste tras su uso. Si no las eliminamos llamaremos a un exterminador de plagas.

Garrapatas: su picadura puede provocar la fi ebre de las Montañas Rocosas, la enfermedad de Lyme u otras. Si vivimos en una zona donde abundan consultaremos al veterinario. Si detectamos una garrapata en nuestro cachorro la extraeremos rápida y cuidadosamente, con guantes y pinzas. Es importante extraer la cabeza. Desinfectaremos la zona con alcohol o agua oxigenada y consultaremos al veterinario si es preciso hacer tratamiento.

Piojos: Pueden controlarse fácilmente con los esprays o productos para pulgas aptos para cachorros.

Sarna: Hay dos tipos, la sarcóptica y la demodécica. La primera produce mucho picor, de manera que el perro se rasca mucho y de manera irritable; la piel se reseca y se arruga, el pelo se cae y se hacen costras. Es muy contagiosa incluso para las personas, así que rápidamente le llevaremos al veterinario. La segunda provoca desde manchas en la piel hasta pústulas. También le llevaremos al veterinario con urgencia ya que tanto una como la otra, a parte de contagiarse, son muy difíciles de curar.

Ácaros de las orejas: provocan picor en las orejeas y que el perro se rasque o sacuda la cabeza. Tienen aspecto de cerumen negro, sangre seca o granos de café. Se tiene que tratar con atención veterinaria.

Tiña: es muy contagiosa y se transmite a los humanos. Está originada por un hongo y se detecta porque produce manchas ovales o calvas en la piel del cachorro. Para prevenirla debemos evitar el contacto del cachorro con otros perros. Se trata con medicación indicada por el veterinario.
 

6.4 Vacunas

Las enfermedades se contagian con facilidad y, aunque el cachorro recibe anticuerpos de la madre durante la lactancia, no son sufi cientes ya que los pierde a las 6 o 16 semanas. Por eso debemos vacunarle. Las vacunas contienen pequeñas dosis de la enfermedad que se quiere prevenir de manera que estimulan al cuerpo para que produzca sus propias defensas o anticuerpos.

El veterinario nos indicará el calendario de vacunación del cachorro. La mayoría de las vacunas se dan en varias dosis entre las 6 y las 16 semanas. A partir de entonces cada año revacunaremos al animal.
 

6.5 Esterilización

Debemos pensar seriamente en la opción de esterilizar a nuestro perro a no ser que queramos que críe, por ejemplo, porque es de pura raza; la esterilización es una solución para que no haya tantos perros abandonados o en perreras que acaban siendo sacrifi cados nadie se hace cargo de ellos.
 

La esterilización en las hembras

Deberemos tomar la decisión de practicársela antes de que tenga el primer celo. Esta intervención que consiste en extirpar el útero y los ovarios requiere anestesia general ya que se hace a través de cirugía abdominal, y nuestra perra deberá permanecer unos días en la clínica. La perra no tendrá la menstruación, y probablemente tampoco padecerá algunos problemas de salud como tumores de mama, infecciones de orina, etc. Además cuando una perra no está esterilizada requiere mucho más control y cuidados.
 

La castración en los machos

Es una intervención bastante segura y de rápida recuperación que consisten en la extirpación de los testículos. Nuestro veterinario nos indicará cuando llegue el momento adecuado para practicarla; además de minimizar los riesgos de cáncer o infecciones en la próstata puede que le calme el temperamento.
 

6.6 Cómo medicarle

Puede que la primera vez que tengamos que darle algún medicamento al cachorro no sepamos muy bien cómo hacerlo; podemos pensar en mezclarlo con la comida pero no es una buena idea ya que puede que detecten el gusto distinto y no se la coman, de manera que acaben sin tomarse ni la comida ni la medicación. Es mejor aprender a dársela independientemente.

Si es una pastilla o comprimido le inclinaremos la cabeza hacia arriba, le abriremos la boca, y le colocaremos la pastilla al fi nal de la lengua; le cerraremos la boca y esperaremos que la trague mientras acariciamos su garganta.

Si se trata de un jarabe o una solución líquida se la introduciremos, de nuevo con la cabeza hacia arriba, entre la mejilla y los dientes, ayudados por una jeringuilla, si es necesario; acariciaremos también su garganta mientras para ayudarle a tragar.

 

 

 

 

Fuente: Affinity Pet Care.