CENTRO VETERINARIO LOBETE

Gatitos - 3. Comportamiento

 

3.1 Los sonidos del gatito

Por muy curioso que nos parezca, los gatos cuentan con un vocabulario que incluye gruñidos, bufi dos, gritos, ronroneos y simples maullidos cargados de signifi cados que le sirven para comunicarse con otros gatos y con las personas. Al parecer los siameses se encuentran entre los especialmente vocales, llegando incluso a “hablar” con sus dueños.

En el caso de los gatitos, uno de los sonidos más frecuentes, que enseguida vamos a poder escuchar, es el ronroneo, además de otros ruidos suaves que realizan con la boca cerrada y utilizan para saludar, llamar la atención y como reconocimiento y aprobación. No se sabe con exactitud cómo producen los gatitos este sonido ronroneante pero lo que sí se tiene claro es que son capaces de emitirlo desde su nacimiento.

El ronroneo expresa satisfacción, que el gatito está contento, tranquilo y se siente bien y seguro, y algunos de ellos pueden ronronear durante horas sin cambiar de ritmo ni intensidad e incluso estando dormidos.

Los gatitos, además, pueden emitir maullidos constantes y en tono elevado que utilizarán para captar la atención de su dueño. Según algunos especialistas llegan incluso a emitir palabras diferenciadas cerrando la boca al terminar cada sonido, disponiendo de un reducido vocabulario que puede signifi car desde ‘dentro’, ‘fuera’, hasta ‘dame de comer’.

Cuando esto ocurra, debemos hablarle, llamarle por su nombre y prestarle el cariño y la atención que está requiriendo.

CONSEJO PRÁCTICO: Si emite sonidos constantemente cuando no estamos en casa y llega a molestar a los vecinos, un buen remedio puede ser ponerle la radio, ya que se sentirá acompañado.

 

3.2 Mordiscos, caricias y arañazos

Los temperamentos felinos pueden ser tan diferentes como los de los seres humanos, por lo que nos podemos encontrar con animales más retraídos que otros. Es importante que siempre tratemos con cariño y dulzura a nuestro gatito porque esta actitud le infundirá confi anza, especialmente a los más tímidos. Ahora bien, que estemos pendientes del gatito y juguemos con él no implica que le permitamos hacer todas las travesuras que se le ocurran.

Lo que en principio nos puede parecer un juego, después, como adulto, quizá resulte un problema. Por ejemplo, si habitualmente jugamosdejando que nos muerda los dedos, el acto de morderlos y arañarlos como si fueran un juguete se puede convertir en un hábito para él.

Cuando sea adulto seguro que no nos va a gustar que mantenga esta actitud, por lo que debes educarle desde pequeño. Si muerde nuestros dedos, debemos alejar la mano suavemente y ofrecerle sus muñecos. Es conveniente alejarse de la habitación y volver cuando se haya calmado.

Si persiste en la actitud, es mejor decir un ‘No’ rotundo pero nunca pegarle. Si nos ponemos fi rmes, tampoco será necesario gritar, los gatitos son muy sensibles a los cambios en los tonos de voz y va a entendernos perfectamente. Si aún persiste en esta actitud suele ser muy útil emplear un pulverizador de agua para educarle. Tan sólo debemos lanzarle un poquito, sin alcanzarle nunca los ojos ni las orejas. Enseguida nuestro gatito se va a dar cuenta de que no debe repetir ese comportamiento.

Otra de las costumbres que tienen los gatitos es la de presionar primero con una patita y luego con la otra cualquier cosa blanda, como puede ser un jersey, un almohadón o incluso nuestro pelo. Se trata de una especie de masajes que al principio nos pueden resultar graciosos pero que con el tiempo también pueden llegar a molestarnos. Este comportamiento es muy habitual y responde a una actitud instintiva que mantiene el gatito nada más nacer y
cuando mama de su madre. Si queremos evitarlo no tenemos más que actuar como en el caso anterior, con un ‘No’ rotundo y el pulverizador.

Otro de los problemas más habituales con los que nos podemos encontrar es con que el gatito no se acostumbre a utilizar su rascador y en su lugar elija alguno de los muebles. No debemos permitir que mantengan esta actitud, hay que insistir en llevarle a su rascador. Cuando no lo haga podemos dar una palmada, decir un ‘no’ y volver a mostrarle su rascador.

Una vez más, si no conseguimos nada, utilizaremos el pulverizador como
último recurso. Hay quien frota con hierba el rascador para hacerlo más atractivo.

CONSEJO PRÁCTICO: Si a pesar de todas las medidas, nuestro gatito mantiene una actitud agresiva en los juegos y no obedece, debemos consultar al veterinario.

 

3.3 Utilizando la bandeja de arena

Los gatitos son muy limpios y aprenderán muy rápido a utilizar la bandeja de arena para las evacuaciones. Pero si al principio no sabe, debemos tener paciencia. Es fundamental observar su comportamiento. En cuanto veamos, por sus movimientos, que comienza a oler buscando el lugar más adecuado, lo levantaremos y lo pondremos con suavidad en el cajón, especialmente cuando se levanta y después de las comidas. Enseguida, el animalito escarbará un agujero adecuado. Es muy importante que demostrarle gratitud y afecto cuando ha hecho sus necesidades en la caja, de esa forma veremos como pronto empezará a ir a ella para complacernos.

La caja debe mantenerse siempre limpia o el gatito se negará a usarla. Debemos retirar las heces tan pronto como las encontremos. Si nuestro gatito persiste en la actitud de no utilizar su bandeja es conveniente consultar con el veterinario. A veces ciertas enfermedades del tracto urinario les induce a tener pérdidas de orina. Esto también puede ocurrir en ocasiones concretas: cuando se produce un cambio en la arena del cajón o simplemente cuando desea llamar la atención porque se quede sólo cuando nos vamos a trabajar, por ejemplo. En estos casos le podemos demostrar nuestro amor y cariño y desistirá en la actitud.

CONSEJO PRÁCTICO: Mientras le enseñamos a utilizar la bandeja de arena no debemos regañarle cuando esté dentro, ya que asociará estar en ella con momentos muy poco agradables.

 

3.4 Mejorar su comportamiento

Distintos factores pueden infl uir en el hecho de que nuestro gatito no mantenga un comportamiento tan bueno como nos gustaría. Que se produzcan cambios en su entorno, como la llegada de un bebé a casa, cambios de horarios en tu trabajo o un cambio de dieta pueden alterar sus actitudes. Por ello es necesario prestarle atención y mostrarle todo nuestro cariño, así no acusará tanto las nuevas situaciones y se acostumbrará pronto a ellas.

También puede ocurrir que el gatito sea muy atrevido y juguetón. Como hemos visto en otras ocasiones, un ‘NO’ rotundo suele ser efectivo. Si no surte efecto, y como último recurso, se puede utilizar el pulverizador de agua.

Tratemos siempre con cariño y delicadeza a nuestro gatito. No olvidemos que tiene sentimientos y que es muy receptivo a los cambios en el tono de tu voz. Es bueno premiarle con caricias siempre que haga algo bien, pero no le consintamos todos sus caprichos.

En el caso de las peleas de un gatito macho con otros gatitos macho, debemos pensar que es una reacción instintiva como forma de defender su territorio. El problema se suele agravar en los machos adultos, que normalmente se calman cuando establecen su territorio y se les castra. De cualquier forma, si se pelea mucho con otros machos es recomendable consultarlo con el veterinario.

CONSEJO PRÁCTICO: No debemos desistir en enmendar su comportamiento, pero es necesario dejar a un lado las regañinas y, por supuesto, no pegarle jamás.

 

 

 

 

 

Fuente: Affinity petcare.