Leishmaniosis canina: una enfermedad silenciosa pero grave
Introducción La leishmaniosis canina es una enfermedad parasitaria de origen zoonótico causada por el protozoo Leishmania infantum, transmitida a través de la…
Introducción
La leishmaniosis canina es una enfermedad parasitaria de origen zoonótico causada por el protozoo Leishmania infantum, transmitida a través de la picadura de flebótomos (conocidos popularmente como “mosquitos de la arena”). Es endémica en zonas mediterráneas y constituye un importante problema de salud tanto animal como pública.
Ciclo biológico y transmisión
El parásito se desarrolla en dos formas principales:
- Promastigote: forma infectiva que se encuentra en el intestino del flebótomo.
- Amastigote: forma intracelular, localizada principalmente en macrófagos del hospedador canino.
Cuando el flebótomo pica a un perro sano, inocula promastigotes, los cuales invaden células fagocíticas y se transforman en amastigotes, replicándose y diseminándose por distintos tejidos.

Signos clínicos
La leishmaniosis presenta un espectro clínico variable, desde infecciones subclínicas hasta enfermedad multisistémica. Los síntomas más frecuentes son:
- Pérdida de peso y atrofia muscular progresiva.
- Lesiones cutáneas (alopecia periocular, ulceraciones, descamación).
- Crecimiento anormal de uñas (onicogrifosis).
- Linfadenomegalia y esplenomegalia.
- Alteraciones oculares (conjuntivitis, queratitis).
- Insuficiencia renal en fases avanzadas.

Diagnóstico
El diagnóstico se basa en una combinación de:
- Serología (IFAT, ELISA, test rápidos inmunocromatográficos).
- PCR para detección directa del ADN parasitario.
- Citología o histopatología, donde pueden observarse amastigotes en médula ósea, ganglios linfáticos o biopsias cutáneas.
Tratamiento
Aunque no existe una cura definitiva, los tratamientos permiten controlar la enfermedad y mejorar la calidad de vida del animal. Los fármacos más empleados son:
- Antimoniales pentavalentes (meglumina antimonato).
- Alopurinol, que interfiere en la síntesis de purinas del parásito.
- En casos seleccionados: miltefosina o combinaciones terapéuticas.
El pronóstico depende de la respuesta inmunológica del perro y del grado de afectación orgánica en el momento del diagnóstico.
Prevención
La prevención es fundamental, ya que evitar la picadura del vector reduce drásticamente el riesgo de infección:
- Uso de collares o pipetas repelentes con efecto anti-flebótomos.
- Vacunas específicas que estimulan la respuesta inmunitaria frente a Leishmania infantum.
- Control ambiental: evitar paseos en zonas de alta densidad de mosquitos durante el amanecer y el atardecer.
👉 Conclusión: La leishmaniosis es una enfermedad grave pero controlable con diagnóstico precoz, tratamiento adecuado y estrategias preventivas. En nuestra clínica veterinaria realizamos pruebas de detección, asesoramos sobre las mejores medidas preventivas y diseñamos planes terapéuticos personalizados para cada paciente.